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martes, 19 de noviembre de 2013

Cines independientes: el incierto futuro de las salas no comerciales

Tras la celebración de los 20 años del Cine Chileno, los cine arte – o cines independientes-, vuelven a trabajar por la difusión y exhibición de películas “alternativas”. Lo que no resulta fácil, cuando en la mayoría de los días, el público no sobrepasa las 20 personas. En Santiago Centro, hay algunos que están naciendo y otros que se aferran a la vida. 

Por Ana Bustamante 

El 29 de octubre se celebraron los 20 años del inicio del Día del Cine Chileno con la exhibición de 22 películas chilenas en distintas salas del país. Tras la conmemoración, queda la interrogante de cuál es el estado en que se encuentra los cines independientes, en especial, del centro neurálgico de Santiago. 

La opinión concordante es que como país falta mucho por avanzar en cuánto a las instancias de exhibición y a la respuesta del público. En relación a la importancia que tiene este día dentro del séptimo arte local, Ignacio Aliaga –Director de la Cineteca Nacional-, señala que esta actividad debiese servir para que la gente se interese por lo audiovisual y escoja asistir más al cine. 

Eso es lo que busca también el espacio interdisciplinario, “Radicales”, abierto en agosto de este año en el Bar “The Clinic” –quienes a la vez, financian el proyecto-. Buscando aportar a la cultura, fue que remodelaron un costado del reconocido local capitalino de calle Monjitas, donde hoy existe una pequeña sala audiovisual con capacidad para cincuenta personas. 

Es una sala de cine independiente, que exhibe cintas tanto locales como internacionales. Este día del Cine Chileno quisieron sumarse proyectando “El otro día”, “Zoológico”, “El futuro” y “Traigánme la cabeza de la mujer metralleta”, a sólo mil pesos. 

Rodrigo Rojas, el director audiovisual de “Radicales”, señala que la “idea del cine independiente y de las salas de exhibición que acogen este tipo de cine, es que el usuario tenga una experiencia estética, intelectual y emocional, dejando la entretención para el fondo del asunto”. 

Además, menciona que la inquietud por realizar una nueva instancia para la proyección de cine se debe a que “confiamos en que hay un público que está consumiendo cine chileno y que, independiente de eso, nosotros también nos identificamos con ese cine de buena calidad”. 

Para Luis Candia, acádemico del Instituto Arcos y miembro del Consejo del Arte y la Industria Audiovisual (CAIA), “es importante tener un día del cine, pero también todos los días debiese fomentarse el acercamiento entre directores y público, en función de poder destacar en los medios de comunicación masivos el rol que ha tenido la producción cinematográfica a lo largo de la historia”, cuenta. 

Ignacio Aliaga, de la Cineteca Nacional, cuenta que las personas que asisten diariamente a ver películas no sobrepasan las treinta personas. Y que un grave problema que existe en los cines chilenos, es la duración de las cintas en carteleras. Que muchas veces deja en desmedro el cine local por sobre las películas “gringas”. Una película nacional, por lo general, dura una semana en exhibición por la baja cantidad de espectadores. En este corto período de tiempo, también, las personas que quieren ver una película no alcanzan a hacerlo. 

Con pocos días en exihibición y bajo público el panorama sobre todo para las salas independientes es bastante desalentador. Eso es lo que ha tenido que sortear el mítico Cine Arte Normandie. 

Con más de treinta años de historias -donde han pasado películas como "Una Noche en Casablanca" (1946), "Fresas Salvajes" (1957) o "El Hombre Elefante" (1980), hasta las mas actuales como “Machuca” y “Gloria”-. El espacio audiovisual ha tenido numerosos intentos de cierre, principalmente por la baja venta de entradas y por su ubicación en el casco histórico de Santiago Centro, han tenido que soportar la presión de distintas constructoras y locales comerciales. 

Para la Gerenta General del Cine Arte Normandie, Mildred Doll, no ha sido fácil mantener andando el espacio. Muchas veces se han quedado sin financiamiento; los bancos les han cerrado las puertas y el gobierno hace muy poco que está colaborando. 

"Estamos frente a la oferta de cine comercial en distintos espacios. Éstos no tienen cine de gran calidad, son más bien lugares de entretenimiento, cosa que se cuestiona mucho para las personas amantes del verdadero cine. Y ahí nuevamente aparece el Normandie como gran alternativa audiovisual. Con apoyo del Consejo de la Cultura y las Artes hemos obtenido fondos que nos han permitido una actualización importante", comenta. 

En ese sentido, el futuro de los cines en la comuna de Santiago, es incierto. Mientras unos nacen, otros se aferran a sobrevivir. 

“Deberíamos tener cifras mucho más altas de espectadores chilenos viendo películas chilenas e internacionales. Y esa es una tarea de todos, por eso sigue siendo necesario seguir celebrando un día del cine, para llamar la atención sobre eso y generar iniciativas nuevas que incrementen el número de espectadores”, manifiesta Ignacio Aliaga.