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martes, 19 de noviembre de 2013

Ordenanza que regula trabajo de artistas en Santiago genera discrepancias entre agrupaciones e intérpretes no organizados

La medida piloto busca entregar un estatus oficial a quienes realizan funciones artísticas en las calles y plazas de la comuna de Santiago. Artistas no sindicalizados acusan discriminación, ya que se les exige el pago de cuotas por incorporación a las agrupaciones de artistas y tramitar patentes para poder funcionar en la legalidad.

Por: Ignacio Saavedra Garrido

El pasado 23 de agosto la Municipalidad de Santiago y representantes de tres sindicatos de artistas urbanos suscribieron un acuerdo pionero a nivel nacional, el que regula los lugares de presentación, jornadas de trabajo y la cantidad máxima de contaminación auditiva que pueden emitir. 

Alfredo Morgado, concejal del PPD y presidente de la comisión de seguridad vecinal del municipio capitalino, fue uno de los principales promotores de la nueva ordenanza. “Lo que buscamos es limitar la delincuencia que se genera en la comuna por la presencia no normada de los artistas callejeros, por lo que definir días y horarios ayuda a bajar los índices de robo con sorpresa en la comuna”, señala. Así, Santiago tendrá 14 puntos para la realización de actividades artísticas y los 80 artistas pertenecientes a las agrupaciones de artesanos, orfebres, organilleros, aerógrafos y cantores tendrán un estatus legal, acabando con la “tolerancia” que existía por parte de las anteriores autoridades municipales. 

Al ser un convenio piloto su duración se extenderá por 90 días. Sin embargo la representante de los artesanos y orfebres, Ivette Pérez, afirma que la municipalidad les ha señalado la posibilidad de extender la vigencia inicial de la normativa “por un nuevo periodo de tres meses, aunque solo a quienes formamos parte de alguna de las tres agrupaciones firmantes del convenio con el municipio”, señala. 

“Con este nuevo derecho, tenemos el deber de entregar periódicamente a la Municipalidad de Santiago la lista con los miembros afiliados y los lugares donde se presentan, además de cancelar una patente municipal por la actividad que realizamos”, añade Pérez. 

Este punto es resistido por los artistas callejeros que no forman parte de alguna de las organizaciones que forman parte del proyecto, ya que tener que tramitar permisos y patentes de funcionamiento en la alcaldía, además de cancelar una cuota por incorporación a alguno de los sindicatos les parece un abuso. 

Así al menos lo hace entender Mauricio Gálvez, conocido por hacer de “Buda” frente a la Catedral Metropolitana. “La nueva medida solo reconoce a quienes forman parte de alguna de las agrupaciones patrocinadas y acceder a ellas es difícil, ya que por ejemplo te piden $10.000 para gastos de la organización que ni siquiera se encargan de explicar”, indica. Además, Mauricio señala que “las agrupaciones están formadas por los que llevan más tiempo trabajando en las calles de la ciudad, discriminando a todo aquél que sea nuevo”.


Pérez desmiente los dichos del artista, asegurando que “cualquier persona puede incorporarse, cumpliendo el único requisito de pagar una cuota mensual para poder pagar un lugar donde guardar los materiales de trabajo y tener reuniones para organizarnos”. Al consultar sobre la ubicación de la sede, Ivette se niega dirección o referencia alguna.

Si bien una aspiración de Mauricio es poder trabajar de forma legal, no acepta tener que pagar cuota alguna a los sindicatos y mucho menos realizar trámites en el municipio por “tener que presentarme en la calle, un espacio que es de todos”. “Acá en la calle uno funciona de modo sencillo; llega, hace sus cosas, gana sus monedas y se va. Si la ordenanza fuera más simple y justa para todos me atrevería a adherirme. Pero así como están las cosas y con lo que piden, prefiero seguir funcionando a la mala”, dice algo molesto.

El concejal Morgado apunta a que los artistas no regulados “deben incorporarse a alguna de las agrupaciones que trabajan con el municipio. No solo es una cuestión de seguridad comunal de por medio: es la posibilidad de trabajar con calma, reglamentado y sin el miedo a ser detenido por efectuar una actividad tan bonita como la artística sin los pagos y papeles correspondientes”.


Algo a lo que se suma Ivonne Pérez, ya que “si queremos ser respetados por las autoridades de la comuna, debemos normar nuestra actividad, registrarnos y funcionar dentro de lo que las leyes municipales indiquen”, enfatiza la dirigente de los artesanos y orfebres de la comuna.